Los parámetros de lo que el éxito significa están siendo redefinidos a medida que nos adentramos en el siglo XXI. Cada vez más y más gente comienza a entender que éxito no es lograr lo que uno desea, sino poder disfrutar de los logros. La velocidad y el consumismo están tímidamente comenzando a pasar de moda. En diferentes lugares del mundo se esta reemplazando la “fast food”, por el estilo “slow food”, dejar la comida chatarra por una opción relajada y saludable.
Ya no es necesario mirarte al espejo para saber que te sientes exhausto y abrumado, ni para preguntarte si esta vida frenética vale la pena, quieres bajarte del tren bala pero el vértigo te paraliza. Quieres salir del laberinto, pero no encuentras el hilo de Ariadna.
El camino hacia la sencillez puede parecer complejo y hasta utópico. Analicémoslo. Hagámoslo más…bueno, si más simple.
Con suficiente basta…
¿Cuándo tenemos lo suficiente?
El diccionario define así la palabra Suficiente: “Bastante, adecuado para cubrir lo que se necesita. Apto, calificación equivalente al aprobado”
A cada uno de nosotros le corresponde decidir que es necesario, apto y aprobado.
Saber lo suficiente….
Dedicamos cantidad de horas y mucho dinero al intento de “llegar”. Viajamos a la India, compramos libros de autoayuda, acudimos en manada a las conferencias del gurú de moda y cambiamos de terapeuta porque no estamos avanzando. Pero ¿Cuando se deja de buscar y de aprender? ¿Cuando se comienza a poner en practica lo que se sabe? Quizás baste con solamente aprender a escuchar esa voz interior e intentar hacer lo correcto.
Amar lo suficiente…
¿Por cuanto tiempo prolongaremos esa hipnótica danza de culparnos mutuamente y cambiar de pareja en busca del alma gemela? La realidad es que los príncipes azules destiñen y las princesas emigraron al País de Nunca Jamás. La euforia de estar enamorado no perdura, mientras que una forma de amor más sólida y madura puede construirse artesanalmente con honestidad… si no huimos antes de tiempo.
Tener lo suficiente…
Si no es comestible, útil o estético, lo más probable es que no lo necesites. Y si no lo has leído o usado en los últimos doce meses, decididamente no te hace falta. Tal vez haya llegado la hora de reflexionar sobre el antiguo dicho: “Menos es más.”
Trabajar los suficiente…
Hablamos de “ganarse la vida”, pero al terminar el día exhaustos, no estamos más vivos que al principio. Así que en realidad lo que hacemos es ganarnos la muerte.
Ponemos al día la tarjeta de crédito para poder salir de vacaciones y endeudarse otra vez más…
El dinero es servicio, obtenemos lo que necesitamos para vivir, disfrutar y lo hacemos circular…
A nosotros nos corresponde decidir cuando es suficiente.
Hacer lo suficiente…
Tal vez sea hora de aminorar la marcha, aprender a decir NO, hacer menos de lo que no nos gusta y más de lo que disfrutamos. La marcha constante nos impide mirar de frente lo que sentimos. ¿Es conveniente cambiar el “SER Humano” por el “Hacer Humano”?
¿Cual es el costo?
Equilibrar lo suficiente.
La palabra equilibrio se usa cada vez más cuando te esfuerzas por reducir el estrés y aumentar la satisfacción personal. Una persona no es un pastel que pueda dividirse en porciones iguales, pero para todo hay un tiempo, si tomamos conciencia de ello.
Buscar lo suficiente no significa caer en la irresponsabilidad laboral, la pobreza y el egoísmo autocomplaciente, sino simplemente darse el tiempo y el espacio para redescubrir quien se es en realidad, que nos nutre y que drena nuestra energía.
Y así , al apagar la luz todas las noches, poder decir: “Todo esta bien.”
“¿Qué es lo que realmente necesito? Y allá iban más y más cosas. Cada vez más simple. Podada, reducida a su mínima expresión, la casa cobró vida.” Sue Bender, Plain and Simple.
María Giacobone Carballo
Ya no es necesario mirarte al espejo para saber que te sientes exhausto y abrumado, ni para preguntarte si esta vida frenética vale la pena, quieres bajarte del tren bala pero el vértigo te paraliza. Quieres salir del laberinto, pero no encuentras el hilo de Ariadna.
El camino hacia la sencillez puede parecer complejo y hasta utópico. Analicémoslo. Hagámoslo más…bueno, si más simple.
Con suficiente basta…
¿Cuándo tenemos lo suficiente?
El diccionario define así la palabra Suficiente: “Bastante, adecuado para cubrir lo que se necesita. Apto, calificación equivalente al aprobado”
A cada uno de nosotros le corresponde decidir que es necesario, apto y aprobado.
Saber lo suficiente….
Dedicamos cantidad de horas y mucho dinero al intento de “llegar”. Viajamos a la India, compramos libros de autoayuda, acudimos en manada a las conferencias del gurú de moda y cambiamos de terapeuta porque no estamos avanzando. Pero ¿Cuando se deja de buscar y de aprender? ¿Cuando se comienza a poner en practica lo que se sabe? Quizás baste con solamente aprender a escuchar esa voz interior e intentar hacer lo correcto.
Amar lo suficiente…
¿Por cuanto tiempo prolongaremos esa hipnótica danza de culparnos mutuamente y cambiar de pareja en busca del alma gemela? La realidad es que los príncipes azules destiñen y las princesas emigraron al País de Nunca Jamás. La euforia de estar enamorado no perdura, mientras que una forma de amor más sólida y madura puede construirse artesanalmente con honestidad… si no huimos antes de tiempo.
Tener lo suficiente…
Si no es comestible, útil o estético, lo más probable es que no lo necesites. Y si no lo has leído o usado en los últimos doce meses, decididamente no te hace falta. Tal vez haya llegado la hora de reflexionar sobre el antiguo dicho: “Menos es más.”
Trabajar los suficiente…
Hablamos de “ganarse la vida”, pero al terminar el día exhaustos, no estamos más vivos que al principio. Así que en realidad lo que hacemos es ganarnos la muerte.
Ponemos al día la tarjeta de crédito para poder salir de vacaciones y endeudarse otra vez más…
El dinero es servicio, obtenemos lo que necesitamos para vivir, disfrutar y lo hacemos circular…
A nosotros nos corresponde decidir cuando es suficiente.
Hacer lo suficiente…
Tal vez sea hora de aminorar la marcha, aprender a decir NO, hacer menos de lo que no nos gusta y más de lo que disfrutamos. La marcha constante nos impide mirar de frente lo que sentimos. ¿Es conveniente cambiar el “SER Humano” por el “Hacer Humano”?
¿Cual es el costo?
Equilibrar lo suficiente.
La palabra equilibrio se usa cada vez más cuando te esfuerzas por reducir el estrés y aumentar la satisfacción personal. Una persona no es un pastel que pueda dividirse en porciones iguales, pero para todo hay un tiempo, si tomamos conciencia de ello.
Buscar lo suficiente no significa caer en la irresponsabilidad laboral, la pobreza y el egoísmo autocomplaciente, sino simplemente darse el tiempo y el espacio para redescubrir quien se es en realidad, que nos nutre y que drena nuestra energía.
Y así , al apagar la luz todas las noches, poder decir: “Todo esta bien.”
“¿Qué es lo que realmente necesito? Y allá iban más y más cosas. Cada vez más simple. Podada, reducida a su mínima expresión, la casa cobró vida.” Sue Bender, Plain and Simple.
María Giacobone Carballo
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